Como si se fueran a caer
desde el fondo
de una red
tengo mis recuerdos atados
al abismo.
Pongo plástico a los huecos,
como pongo plásticos
a mi esperanza.
Y en los días de calor sudan
al sol.
De la misma manera
que lo hacen
los paquetes de fiambre olvidados
en una mesa de jardín.
O los muertos del mar
que vuelven en las barcas.
En esas traslúcidas mortajas
de sudor.