miércoles, 6 de octubre de 2010
1,5
Hasta los dientes lijados
por el dolor ajeno.
De los ojos un negro riego.
Roto el semblante
de tu sombra ósea…
no hay hoy belleza,
sólo mascullamos
una gran H en el rostro.
Y unas manos sucias
en medio del cerebro.
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