viernes, 8 de octubre de 2010

dédaleph (de "nuevo comienzo, ninguna parte")



Cuando sientas que la amenaza

corre erguida por las paredes

en clara posición de anzuelo cíclico,

dolor intercostal,

ven a verme.


Cuando no puedas evitar el grito

amarillo, bajo el pleno sol del mediodía

como niño de córneas negras y agria voz

ven, ven a verme.


Trepa la escalera

mirando siempre abajo el cielo:

La humedad de la profunda altura

de la oscuridad está expectante.


Sube a lo más hondo

y en el negro traza un círculo.


Busca en este pozo estratosférico

para abrir las puertas que te lleven hasta el centro.


Entonces volverás

de tu cilíndrica ascensión habiéndome encontrado.


Porque soy el laberinto de tu nombre

y a tus espaldas llevo el pulpo

que recorre mis pasillos,

que siempre fueron Tú.

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