Prendería fuego a los pájaros
pensando en como arde
tu nombre
dentro.
Verlos caer,
o volar y perderse,
como los aviones incendiados
de las guerras
que no tuvimos.
Los agujeros
de las balas que no
nos traspasaron
no tienen cicatrices.
Porque ni siquiera
son memoria.
ni herida sangrante. Lo que no se ve, es lo que más duele.
ResponderEliminarGenial.
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