El ávido rumor que nos inunda,
la clara sensación de que nos vamos
A CAER.
Dando tumbos, va como embotellado
el aire prisionero aquí en las sienes.
Resbalando el vértigo por los ojos,
A CAER.
La clavícula, o el codo, o el radio,
todo apoltronado en el suelo tiene
esa semblanza a la estrella que cuelga
de tu cuello arrastrando familia.
A CAER.
Todo hacia el aspirador o cuchilla,
todo cayéndose hacia arriba tenso,
creciendo en erección hacia el vacío.
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