miércoles, 27 de octubre de 2010

pelusa


Esperar,

hay que esperar.

Para cenar,

para

hablar contigo hay que esperar.

En esta hora muerta

podría hacer otras cosas,

pero

qué?


Demasiado tarde

para comprar algo, demasiado

tarde para el sol,

de aquí en adelante

se viene la noche.

Demasiada desidia 

para todo lo demás.


Cuando llega entonces

el momento,

es siempre tarde.


Colgaré la ropa . Entonces

Barreré, bajaré a ver

la nada.

Me colgaré con la ropa

de las cuerdas como

una piel mojada,

ondulada por el viento.

Me enredaré entre los

pelos de la escoba,

envuelto en una pelusa

más,

en una pelusa

como tu nombre.

Como el mío.

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