miércoles, 6 de octubre de 2010

siete palomas




A las muertes de tu muerte

se han unido las mías.


Te dije que la rabia

que se admite en los ojos de los hombres

no es de oro.


Y que la vida era tan tóxica

como siete palomas volando.


Juntando a las lenguas

los deseos

los vuelas como cenizas


Geometrías exactas de tu aliento


luz que por los costados estornudas.


Y en los núcleos,

masticando tu nombre

escuchando tu forma.

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